Aunque se escuchen lamentos de guerra
y desesperados gritos de quejas.
Aunque las sombras ganen espacio,
y día a día parezcan más negras.
Renacerán de entre los muertos
los latidos de libertad.
Y seremos de nuevo hombres…,
hombres de verdad.
Aunque el sol se parta de frio,
y el frio empiece a congelar.
Aunque el tiempo detenga su ritmo,
y ese ritmo comience a turbar.
Volverán los buenos días…,
y poco a poco serán más.
Mentes que estaban calladas,
de aburridas hablarán.
Los caídos serán oídos,
y de la nada caminarán.
Compartirán el pan y el vino.
Dividirán la tierra en pedazos.
Lo mío será de todos,
y lo de todos será de Dios.
El mundo ha terminado,
pero el mundo siempre estará.
Cosechemos de nuevo el trigo,
que en nuestras tierras nacerá.
Osvaldo
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