aislando el sol de la calle.
Lo demás. . .
es solo atmósfera,
que ronda en titubeos,
de lunas y valles.
Y en ese rojo de sombras,
pesa liviano tu cuerpo en mis brazos.
Empapado en el cansancio,
de un amor furibundo.
Tan cerca de tí me encuentro,
que puedo beber,
un poco de tu alma.
Que puedo allanarte,
de caricias la espalda.
Tan dentro de tí me siento,
que puedo sentir,
el latir de tu calma.
Que puedo enjuagar,
en tu ser mis entrañas.
Entre rojos y sombras,
te encuentro. . .
Y agazapada tu piel me llama,
sordo es el grito,
que mi nombre exclama.
Entre rojos. . .
tus ríos son fuego.
Entre sombras. . .
mi sed lo apaga.
Que puedo allanarte,
de caricias la espalda.
Tan dentro de tí me siento,
que puedo sentir,
el latir de tu calma.
Que puedo enjuagar,
en tu ser mis entrañas.
Entre rojos y sombras,
te encuentro. . .
Y agazapada tu piel me llama,
sordo es el grito,
que mi nombre exclama.
Entre rojos. . .
tus ríos son fuego.
Entre sombras. . .
mi sed lo apaga.