Imagen cedida por Solina de su blog de diseño
letrasdelalma-solina.blogspot.com
Puedo quemarme en mi propio frío...,
que es el reflejo de mi alma
en ese espejo roto.
Todo ha cambiado...
Mis madrugadas no llegan...,
se quedan varadas en el camino.
Mis noches no llegan...,
se quedan dormidas en el ocaso.
Va mi voz en ese viento,
tras el eco de tu nombre.
no vuelve...
No escucho el retorno de esa voz,
disfrazada en un ¡¡te quiero!!.
Es todo diferente.
Escondido en mis sueños,
me reboso contigo.
Mentirosa mi piel,
se desgrana en soledad.
Exultante en mi silencio,
soy marioneta del encierro.
Grito enmudecido,
que se ahoga en los ríos de ese amor.
Sumergida estás,
en ese mar inmenso y no te encuentro.
Te busco...
Estiro mis manos,
y mis puños solo aprietan las sábanas secas de sudor.
Impetrando ese regreso,
y acariciando mi soledad,
muero esclavo de esos besos,
y de esa flor...
que por error...
en mis jardines ya no está.