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martes, 30 de octubre de 2012

Déjame







Déjame desvestir tu timidez
desnudando el manto que la cubre.
Déjame despertar esa paciencia
que duerme cansina en tu piel.

Déjame extraer de cada poro
la savia urgente de ese ser.
Déjame humedecerte, mojarte,
empaparte
con cada ola de mi furia.

Gota a gota la clepsidra de mi sed
se desprende de mis dedos.
Se trizan mis ganas
sólo pensándote.

Déjame escuchar a tu corteza explicar
¿ el por qué de su desierto ?
Déjame escucharla gritar
ungida en su placer.

Déjame ver tu mirada ausente
reposar en la nada.
Déjame hacer que mi fuego
se abalance sobre ti.

Puedo mostrarte como llegar al sol
sin convertirte en cenizas.
Puedo grabar mi nombre en tu piel
solamente en dos caricias.

Déjame entrar por la noche
cabalgando en tus sueños.
Ser tus sábanas,
ser tu dueño .  .  .

Sólo déjame intentar .  .  .

domingo, 28 de octubre de 2012

Vuelo sin fin







Vuelas misteriosa
por los hilvanes del silencio,
rasgando el cielo,
como si fueras hiedra
trepándose a un muro azul.

Voces que cuelgas del viento
murmuran roncas tu destino,
y se desprenden tus lágrimas,
cayendo en lluvia,
sobre las alas escondidas
de los pájaros.

Vuelas alto hasta atrapar el tiempo,
transformándote en instante.
Deshojando el segundo
para que parezca eterno.

Enredas los lirios en tus cabellos
y bebes del aroma de su flor,
para posarte mansa e incólume
sobre mi sueño.
Para regar  tu hechizo
sobre mi ser.

Vuelas plena, abriendo tus alas
regalándole tu rostro al sol.
Desgranando libertades cautivas,
liberando soledades asidas.

Creces en mis fantasías.
Alucinaciones con gusto a utopías.
Viertes como fuente mágica en mi mente,
.  .  . para existir,
para fluir, libando los deseos.

El vuelo del ave que emigra,
es oráculo que guía tu hado.
Destinado a dormir en mis manos
ese sueño sin fin.


miércoles, 24 de octubre de 2012

Libera al fin la noche






Cuando el silencio se hace amigo
es porque nos está abrazando el alma.
Trae consigo
la oquedad de la ausencia,
o la llave oxidada de algún secreto.

Cuanto camino por delante,
y yo aquí,
atascado en esta piedra.
He andado y desandado
y vuelvo siempre
al mismo lugar.

El ocaso duerme su mansedumbre
bajo el cobijo del horizonte,
y el recuerdo,
sigue siendo la única moneda
habitante de mis bolsillos.

Encuentro el sol ardiendo en mi espalda,
buscando una gota de ti que lo apague.
Parece un milenio,
en que fue noche.
Pareciera que la eternidad
se apoderó del día.

Necesito de la noche
para evaporar los deseos.
Necesito de las sombras
para  callar el silencio.

Es que solo en la luna
bailo contigo
el dueto que esconde
en su lado oscuro.

¡ Horizonte ardido. . . !
Abre esa tangente,
y que la opacidad se derroche.
¡ Libera al fin la noche.  .  . !
Para soñar en su umbría.


jueves, 18 de octubre de 2012

Alzando la voz








Tanto se pueden honrar
las tumbas de los bien paridos,
como se puede aceitar el óxido
del miserable.
Todo da igual
en el mundo dividido
por profetas de poca talla,
que perfuman la mentira
para que parezca verdad.

La voz se calla y el río se turba,
trayendo lágrimas sucias
cuando el cauce se baña
en el lodo mediocre.

El cansancio del cuero
se hace frágil.
Los azotes crispan
el alma del esclavo
que ahuyenta el dolor
en la misericordia de su Dios.

El cuervo ha hecho nido
en la banca,
para cuidar de cerca
sus pichones.
Para alimentarlos de pájaros caídos.
Para comer el ojo de quien se asome.

Benditos los dientes
que explotan en la ira
para hacer oír su voz.
¡ Libre al fin la palabra !
que no es trueque de mercado.
¡ Libre el pensamiento !
del hombre subyugado.

¡ Ay !. . . de aquellos
 mercaderes del hambre.

¡ Ay !. . . de quienes
 lucran con el dolor.

La moneda,
siempre que se arrojó
mostró su cara,
porque la plebe,
siempre llevó la cruz.

Las cadenas han sufrido
la herrumbre de los años.
Los pueblos se han levantado,
y erguidos .  .  . ,
caminan llevando esa voz .
En el aire,
se huele el aroma de la VICTORIA.


Seremos polvo








Dormidas las mariposas
han quedado en tu carne.
Parte de ti
que fue parte de mí,
se mezcló con las sombras
y partió al norte,
donde el invierno es más frío,
donde la flor es de escarcha,
donde el sol ya no alumbra,
donde el amo es el olvido
y el recuerdo
solo es mesa de domingo.

Por el ventanal entra el universo
para depositarse en mis ojos.
El azul se hace cielo,
y la noche enlutada
salpica sobre el vidrio
las lágrimas de su viudez.

No logro que el espejo
refleje mi sonrisa.
Mis labios se fueron pegados
al último beso.
No logra mi aliento
empañar tu nombre.
Se fue con tu hálito
abrazado en el viento.

Te busco .  . .
en cada pliegue,
en cada arruga del tiempo.
Te busco entre los trastos.
Debajo del eco que esconde el silencio.

Te escapas, te burlas, te ocultas.
Eres sombra chinesca,
atrapada entre los muros
donde hierve mi locura.

Te llevaste lo poco.
Te llevaste lo mucho.
Hasta mi soledad se fue contigo
disimulada en la mortaja ocre
que vestía tu cuerpo.

Me queda la espera envejecida,
como bastón
de mis postreros latidos.
Me queda el marco enmohecido
de tu mejor rostro,
musa apetente
de tantas poesías.

Nuestra cama ahora es lecho
de mi último sueño.
Vagaré hasta encontrarte
en tu Reino de Hades,
y el alba, ha de ser testigo
de nuestro encuentro.

Seremos de nuevo polvo,
expandido en el universo.

lunes, 15 de octubre de 2012

El silencio

 
 



En el placer del silencio,
navegan calladas
las palabras del recuerdo.
Los pétalos marchitos,
se enjugan en su savia
para florecer nuevamente.

Y en ese eco de nada,
flota tu nombre,
que se acerca a mí
montado en una lágrima rota.

Si hasta tu rostro,
me ofrece una mejilla
casi desvanecido,
entre el humo de la nostalgia.

Cuantos cadáveres tuyos
yacen en el fondo del cenicero.
Cuanto de mi sangre he bebido
con esa última gota de vino.

Que sugerente es el silencio,
cuando esas palabras muertas,
se transforman en fantasmas,
y desaparecen,
con el chasquido de mis dedos.

En el placer de este silencio,
arrullo un recuerdo cada día.
Curándome de ti.  .  .  .
Espantando esos fantasmas
que me habitan todavía.
 
 

domingo, 14 de octubre de 2012

La culpable es esa rosa








La razón hace equilibrio
entre las estrellas
mientras juega naipes
con la luna.

De reojo observa como el sol
raya en el horizonte oscuro,
y teme perder con el alba
lo poco que le queda de cordura.

La sombras se alejan
dándole paso a la flor,
para que la luna
sea perla en su boca,
para que el sol
le tiña la piel de su arrebol.

Brota el rocío de un pétalo
como el sudor
brota tibio del poro.
La espina se hace vello,
frágil vello,
erizado en su cintura.

Carmines son los labios
entreabiertos de la rosa.
Abrigadero del deseo,
encuentro extremo
de dos bocas.

La razón hace equilibrio
hipnotizada por la flor.
La cordura es un delirio.
La culpable .  .  .
es esa rosa.

jueves, 11 de octubre de 2012

A escondidas








El atardecer cae herido,
y el sol casi fenecido
araña la última sombra,
resistiéndose a la muerte.

El polvo seco
se humedece en rocío,
y la flor nocturna
expande sus pétalos,
para que la fecunde de luz
un rayo de estrella.

Los habitantes de la noche
despiertan del letargo,
y los sueños sin dueños
se montan a la brisa,
para acariciar
el rostro oculto de la luna.

Emerge entonces tu figura
de aquél espejo de mar,
y yo podré acariciar
por ese instante, tus huellas.

Efímero y perecedero tu andar,
 colma mis playas de espera.
Te engalanas de estrella fugaz
trocándome el sueño en quimera.

La noche cae herida,
y la luna casi fenecida
araña el último rayo,
resistiéndose a la muerte.

Esperará mi deseo un tiempo más
hasta que fallezca de nuevo el día.
Aunque sea tus huellas tocar
por un instante.  .  .
en un efímero roce a escondidas.


lunes, 8 de octubre de 2012

Guerrera soledad

 
 
 




Al margen solamente quiero estar,
observando las últimas batallas.
Caminante eterno he sido,
luchador en mil contiendas.
Buscando ese destino,
esa sombra digna de mí.

Fiel enemiga,
que cabizbaja pasas frente a mí,
planeando tu estrategia de vencerme.
Llevas mis heridas pegadas,
y yo, rastros tuyos guardados
que no dejo ver..

Devuélveme el destino.  .  .
Devuélveme mi sombra.  .  .

Tentaciones en mi camino
que no pude vencer.
Hasta la muerte he perdido,
y ser eterno es mi castigo
que no supe merecer.

En el país de los dos soles,
donde no existe la luna,
he de buscar mi umbría.
Y en ese pasto negro y seco,
me haré cargo de ti.

Guerrera soledad,
que me has robado todo.

Harto de vos.  .  . !!
Cansado de que me sigas.

Seré hombre o soledad.  .  .
según termine la partida.

 

domingo, 7 de octubre de 2012

Mansa desnudez










Se debilita el fanal
que frágilmente te cubre,
y por esas grietas hinchadas
de tantos deseos
se cuela mi nombre,
quebrando esa humedad,
que ahoga una a una,
sus letras.

La tierra declama su sed
apeteciendo una lágrima más,
.  .  . la última fue polvo.

De las espigas del viento
me aferro 
para volar con él.
Pues es el viento,
el que roza los vértices de tu cuerpo.

Anclada queda mi barca
en tu boca,
esperando la pleamar.
Esperando que la clepsidra
gotee de a uno tus besos.

Mi piel y su brío
reclama ser víctima
de tu tacto verdugo,
y la entrego en sacrificio
al filo áspero
de tus mordiscos.

Y te quedas ahí .  .  .
mareada sobre tus pies
en el abismo,
para saltar al vacío,
sabiéndote segura
que mis brazos te atraparán.

En tu hospicio,
los pequeños sueños bailan
asilados por la noche.
Y en las fronteras tórridas
de mi cuerpo,
tu mansa desnudez
se duerme.

jueves, 4 de octubre de 2012

Noche de locura




 La noche teje sus eslabones,
he hilvana estrellas cómplices
de la locura.

Plasmados los espectros,
vigilan silentes, como dos lunas,
se roban algunas sombras
dejando solo harapos de luz.

Y en esas penumbras,
tus ojos duermen.
Y en ese silencio elocuente,
tu respiración se calla.

Recojo en mis yemas,
el sudor crudo de tu espalda.
Y en mi boca yacen,
todos los límites
de tu cuerpo que descansa.

Flagrantes tus poros,
denuncian la impasible ambrosía.


Disfrazados de basalto negro,
tus ojos me claman,
pero el tiempo se hace arena en mis manos.

El sol en tu frente,
anuncia mi partida.

La noche desteje sus eslabones,
y deshilvana las estrellas cómplices
de la locura.

Y te abrazas a mí,
junto al olor de tantos sueños.
Y la distancia aparece.
Y el día dice adiós,
cimbreando
en mis manos apetecidas.

lunes, 1 de octubre de 2012

Miénteme

 
 


Esta noche solo calla. .  .
 Que las palabras y perdones,
queden afuera esperando.

Desviste el alma muda,
de mil silencios pegados.

 Miéntele a tu piel y a tus temores,
como miente el mar a su espuma,
como miente el viento en su fuga,
para no sentirse atrapado.

Miénteme tú, en el sociego,
de acariciar mi locura.

Esta noche solo calla. .  .
Dibuja en mí la ilusión,
como dibuja el alba en sus soles,
las lunas desaparecidas.

Esparce en mí tus sabores.
Recoge en tí la ternura.
Que escurra el rojo en tu carne.
Que muera en mí tu cintura.

Miéntele tú, al deseo,
 de recordar mi cordura.

Esta noche solo calla.  .  .
Que tu boca, solo roce mi nombre.

Miénteme así, sin más.  .  .
Sin esperar los perdones.
Solo miente, y me tendrás,
atado a tí sin razones.