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domingo, 30 de septiembre de 2012

El espejo



 




A veces no sé
si es tan sabio el espejo,
dudo si es verdad que me refleja.

No veo en él
mis escritos,
mis papeles viejos.
Tampoco se ve el tiempo,
descansando al pié
de mis cimientos.

Nunca podrá  saber
que es lo que musita
mi silencio.
A menos que converse con él,
y  mi silencio
es reflejo mudo en el espejo.

¿Cómo puede saber mis años?
los que cargo en la mirada,
y los que en la sonrisa aparento.
Si supiera de mí,
hubiera estado allí
cuando casi estuve muerto.

Es hipócrita el espejo
cuando declama
¡soy lo que veo!
Si lo que veo es un reflejo
¡mirándome!
sin saber de que estoy hecho.

¿Sabrá de mi felicidad el espejo?
si él sonríe,
sólo, si yo lo dejo.
Las tristezas no las encarna,
están caladas junto a mis huesos.

A veces no sé
si es tan sabio el espejo.
Si solamente es cáscara
pegada a un vidrio añejo.

martes, 25 de septiembre de 2012

Perpetuo recuerdo








La caricia camina lenta
entre tu espacio y mi piel.
Recorre el poro fértil,
desnudo y empático,
inundado de humedad.

La longitud de tu boca
se hace horizonte cercano.
Y el aliento
huele a daga profunda
que se clava por proximidad.

Inconexa tu mirada
es sólo mía.
La jaula gris de esas pupilas
encierran mi sombra.

Abrazados ruedan los silencios
por el tobogán de tu espalda,
para calar en tu cintura
en un apretado y afásico grito.

Desmoronado cae el instante.
Ya no es tangible el segundo
que palpita en el pulso.
Y parecemos fallecer
en un vahído profundo.

Arqueado, tu cuerpo es huésped
de mi abrigadero.
Incólumes tus miedos
quedaron atrás.

 Pairo se recuesta el cabello
en tus hombros,
y tus ojos son presa
de la mansedumbre de un sueño.

Diferente clareará hoy el alba.
Otra será la mirada
que verá el amanecer.
Perpetuo será el recuerdo
de esta noche,
de sombras y velas
que te convirtió en mujer.


domingo, 23 de septiembre de 2012

Nacido para ser cruz









La existencial estrella del alba
encandila las fronteras
erguidas de mi cuerpo.
Donde la sombra es soledad
yacida en la oquedad
de un recuerdo.

El polvo es mi tierra
alzada de caminos muertos.
El aire es viento cruzado
en la veleta del tiempo.
El agua fue mi sed
apagada en el infierno.
Fuego es el que supo abrazar
los leños de un invierno eterno.

La inmensidad es mi espejo
enmarcado en el universo.
Mi sol es el mismo sol
que apaña retoños y cienos.

Del azul de mis orígenes
también fue rayado el cielo.
El alma que tú me diste
fue hálito, fue misma vida
parida de tu génesis.

Soy parte de ti
y del infinito celeste.
Soy átomo y soy tu luz,
nacido para ser cruz
de los hombres que no te sienten.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Blogueando un poema

Como hoy no estoy para nada inspirado, se me ocurrió
escribir algo utilizando los títulos de blogs amigos y salió esto.
Hubiera querido usar el de todos
pero a algunos no los pude hacer coincidir o se
producían muchas repeticiones de palabras.
Acepto críticas, no hay problema, es solo
un <Pensamiento Oportuno>





<En ancas de la razón>
y <al pié de mí silencio>,
camino <anudando historias en mi kipu>.

<A corazón abierto>,
me perfumo en <el halo de los dioses>,
<siguiendo los pasos de barro>
<hacia los límites del tiempo>.

<Mis escritos . . . poemario>
son <páginas escritas>
con <poesías y vivencias>.
Son <algo más que palabras>,
son <mariposas en mi vida>
que anidan
<en lo profundo del corazón>.

<Más allá de las colinas>,
<tras las amapolas>,
encuentro <su inacabada sumisa> presencia,
con ese <alma de mariposa>,
dispuesta a <recomenzar>.

<Sentimiento del alma>
cansado de <rodar y volar>
entre <palabras y tiempo>.
<Sentimientos> hundidos
 en los <contrastes> del <mar>.

<Un mar de sentimientos>
y <amaneceres> colgados
de las <espigas del alma>,
que impávidos observan
como el <eternauta>
puede <viajar en mi nube particular>,
y acariciar <los límites del sol>.

<Dulce amanecer> que comparto
con <un café...un cigarrillo...un poema>,
y estos <haikus en carne viva>
que son <tempestad en el corazón>

Llega <la hora bruja>,
me calzo nuevamente la <máscara>
y desaparezco en la <niebla>,
antes que queme <el sol de los ciegos>.

Mi recuerdo dejo a tus pies,
 <mi poesía>.  .  .
empapada en <perfume de rosas>



jueves, 20 de septiembre de 2012

Reina de corazones




Aprieto la roca en mis manos
y se hace blanda en mis dedos,
como así también es ácida
la lágrima,
que resbala entre los despojos
de un fuerte viento
que pasó.

Dibuja el vaho una sombra
que se adhiere
a la húmeda opacidad del vidrio,
escribiendo una nota más
de la inconclusa sinfonía,
que afina acordes a dúo
con la soledad.

Sentada frente a mí,
la ausencia reparte las barajas
con un mohín sonriente,
sabiéndome perdedor.
El destino no quiso ser crupier
y desde el margen de un rincón
atisba cómodo la partida.

Apuesto mis últimas horas
a una sola carta.
-Reina de corazones-
Y al pié de tu firma,
en un beso indeleble,
ese esperado perdón.

Las manos son abanicos
repartiendo la suerte
que queda inerte boca abajo
muy cerca de mí.

Elocuente es el silencio
que habita la espera,
de ese naipe,
que de alguna manera .  .  .
no me atrevo a mirar.

martes, 18 de septiembre de 2012

Siete velos







Serpentea el sudor
en tus pechos,
buscando ser vapor
en tu vientre,
como pende el rocío
del pétalo,
queriendo ser cristal
en el rayo inicial del alba.

Encarcelado el basalto negro
en tus ojos,
declama el bullir
de tu sangre.
Espiran mi nombre
tus labios,
clavándose entre ellos
 los emperlados puñales.

Tu piel es danza
en sus siete velos,
atesorando mis manos
cual collar en tu cintura.
Y te vuelves locura
hasta que madura el silencio,
y se cae tu cielo trizado
en el confín de mi pecho.

Mengua el plenilunio
en tu rostro,
hasta acaecerce en sombra
guarecida en un beso.

Arropada en tus velos te vas
dejando el incienso encendido.
Y será ese aroma a sándalos,
mi abrigo,
hasta volverte a soñar.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Fui solo un sueño






Sin despertar
estirando el amanecer de tus ojos,
y envuelta solo en tu piel,
espérame.  .  .

Que el tul oscuro de las sombras
 oculte la lámpara,
para que en penumbras puedas brillar más.

Deja que las agujas del silencio
hilvanen el aire,
y que esos charcos ahogados de caricias
salpiquen tu ser.

Se derretirá en tus vapores la luna
goteando sobre el cristal su envidia,
embadurnando la noche
con sus influjos furtivos.

Prestos y atentos tus labios,
aguardan mi embestida,
y filosa esa boca,
irá cortando mi sed.

La poca luz
va tomando todo lo que llevas dentro.
Los tabúes, tus miedos,
quedarán guardados en mí.

Pulcros tus movimientos
simulan tus deseos,
que en un acabable segundo,
perderán su compostura.

La noche se vuelve mortal
mientras te envuelve,
pariendo en el cielo,
las estrellas que te mojan.

El alba marcará el tiempo
para que despiertes.

Te sentirás distinta,
sin recordar mi rostro.
Porque fui sólo un sueño,
y en la penumbra.  .  .
no me dejé ver.

viernes, 14 de septiembre de 2012

El poeta y su pluma








La pluma del poeta
se hace irascible y  mansa,
columpiándose en el aire
sin pensar la palabra.

Hierve en su vértice
una gota de tinta
que se desploma caliente
sobre un verso nunca escrito.

Nace una flor,
y el milagro de una piel
que rebosante en sus vellos,
se convierte en carne.

Se desvanecen los amores
salpicados en lágrimas de traición.
La esperanza se hace sol
ardiendo en el horizonte.
Y la muerte es tumba fétida
floreada de llantos y lutos.

La pluma del poeta
danza su destino incierto
caminando el filo
que cercena
 la ausencia y el olvido.
Es daga de tiempo vivido.
Es sábana de amores prohibidos.

Labios carmines.
Lágrimas secas.
Rosas mezcladas en parias mesetas.

La pluma del poeta
es amor y tristeza.
Rocíos paridos
en madrugadas desiertas.
Lunas y soles
besando mares y arenas.

El universo es finito
atrapando en su mano la estrella.
El suspiro es viento
y el viento carta que vuela.

Es un crisol el tintero
de sentimientos y penas.
Se hace púrpura el río,
azul la sangre en las venas.

Eternas las palabras
siempre serán versos,
declamados o escritos,
en cuanto exista un poeta,
abrazado a ese eterno,
y destile su pluma
la empatía de un verso.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Horizontes grises








Horizontes de cielos grises
desprenden sus nubarrones
sobre aquellos suelos
que fueron fértiles.

Desaparecen los arreboles
que adornaban la abundancia.
Y todo es un caos,
revoloteando en un vórtice
que amedrenta con devastar.

La moneda se hace escasa.
El pan difícil de cocinar.

Y aún así,
tras las máscaras,
en el salón de los espejos,
la nobleza disfruta en Versalles
el baile de los Tejos.

El mercado apuesta un Emperador.
El pueblo apuesta un "Che" Guevara.

Horizontes de cielos grises
hoy desprenden sus rebeliones,
para devolverle sus arreboles
a un paisaje de oquedad.

El águila del norte,
 otea impávida
aferrada a su atalaya
la tormenta que ha de llegar.
Esperando su hambre saciar
en las osamentas que recoja
del inminente funeral.

martes, 11 de septiembre de 2012

Lágrimas de polvo









Antojadizo el cristal
dibuja los mismos recuerdos
tatuados en el paño
del vaho y la nostalgia.
Memoriosa la yema
se hace pluma,
surcando el empañado
para escribir su nombre.

El humo se hace capricho
de ese fantasma
que insiste en dibujarse frente a ti,
posado inerte,
en el borde del tintero
donde yacen secos
tus versos.

La palabra huele a óxido.
Las lágrimas se hacen polvo
recorriendo los mohines
abandonados de tu rostro.

Las vísperas de la primavera
te traen su aroma,
que te servirá de velo
para cubrir el hedor
de aquel setiembre trágico,
donde fallecieron los jardines,
donde se secó tu rosa y tus versos.

En el nudo
de tu garganta herida,
quedaron atascados los sueños.
Sueños .  .  .
que cada setiembre llorarán ,
lágrimas de polvo
y versos secos.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Nace otro sol







Mecido el corazón en el estigio,
 cae en las tumbas del olvido.
Volviéndose pálido río
en el callar de una gota
que se derrite indómita,
donde comienzan tus labios.

Muerdes la boca
con la que tanto has besado.
Tus manos se hacen puño,
.  .  . jaulas vacías,
que albergan sueños escapados.

Eres arroyo embrujado . . .
Eres reflejo perdido,
allende el vidrio
de aquél espejo empañado.

Recostada
en la mueca viva del tiempo
esperas ser recuerdo,
esperas ser nostalgia,
navegando entre lágrimas secas
por las arenas del silencio.

Termina ya, de sepultar ese dolor
y arrójalo al peñasco de los precipitados.
En tu horizonte clarea el sol,
desovando cenizas
de tantos lamentos
al viento arrojados.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Quijote sin molinos






Enciéndete de sol,
y haz brasa de este desierto,
inundado de escorpiones 
y cascabeles.

Inúndate de mar,
y haz vergel de este páramo,
poblado de secas grietas
y espinas.

Conviértete en polvo,
y haz fértil mi génesis,
agostado en su cubil
esperando ser simiente.

Envuélvete en el viento,
y haz que sea céfiro este vahído,
recostado en el olvido
de la ausencia y su vacío.

Licúate en mi tinta,
y haz que sea verso el hastío,
enquistado en las palabras
de un poema sin sentido.

Arrebátame la mente,
y haz de mi razón
un Quijote sin molinos.

Aduéñate de mí,
y haz que la locura y el silencio,
duerman juntas
su destino.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Eres luna en mis noches






Cuelgas el collar de luces
que el sol te regaló.
Engalanas de sonrisa,
el mejor rostro.
El que el alba y la brisa
hicieron para ti.

Se enciende la luna,
y los huéspedes de la noche,
arcanos encendidos,
pululan, convirtiéndose en estrellas.

Usas tu influjo
para encantar mi mirada,
y de a gotas,
vuelcas en mi boca,
esa poción que te hace mágica.

Ilumina sus fauces el abismo,
el que separa el jardín
de mi tierra.
Y declamas una vez más para mí,
los versos que duermen
en la oquedad de tu piel.

Te vuelves luna aguada de locura
alterando los aullidos del bosque
que avizoran la tormenta.

Me dejas tu humedad,
y en el sopor de mis ojos
el eclipse de tus soles.

Encaramada en los sueños te irás,
para ser siempre luna en mis noches.