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viernes, 29 de junio de 2012

El amor cuando es dolor.







Se enmascaran de desvelo,
aquellos sueños,
que hoy navegan en la nada.
Van buscando ese puerto
que los ampare.

Sueños vanos,
sueños rotos,
.  .  . arrojados,
desde el peñasco de los precipitados.

En las promesas de las rosas
se esconden las espinas,
y en el filo de esas púas,
el dolor de la traición.

En los besos arde
el sabor de la sequía.
En las manos,
.  .  . tristes,
yacen las escamas de una piel,
que supo ser pétalo de esa flor.

Suspiran tus lágrimas,
queriendo llegar al mar,
vano intento hambriento,
 que ha socavado tus ojos,
.  .  . para morir,
en los ríos de la furia.

¿ Qué es el amor,
cuando es dolor ?

Te vistes de armadura,
para evitar las heridas.
Y te abrazas a esa rosa,
.  .  . sin importarte,
las espinas.


martes, 26 de junio de 2012

Los olvidados





El empedrado
es testigo de las suelas rotas.
Y de esas penas
.  .  . disfrazadas,
entre los hilos
que penden de tus ropas.

El sol se retira
sin derretir la escarcha.
Y en esa escasa tibieza,
se debilitan las cadenas
 de aquellos fantasmas,
que se convierten en hordas.

Se cuela la noche
por los bolsillos de la misericordia.
Y los harapos fríos del invierno,
.  .  . danzan
en ese fuego que les da placer.

Puentes, zaguanes y plazas,
son cómplices de esa penuria
que con su resaca a cuesta,
se tirará a descansar.

En las promesas de los patrones
está la cáscara del hueco,
.  .  . mismo hueco
en el que se hundieron
 .  .  . vanos,
tus sueños.

La madrugada encuentra inerte
entre cartones
. .  . tus huesos.

En esos puños cerrados
.  .  . el frío,
que no pudiste quitar.

Se congelan los aullidos
que nadie sabe escuchar,
cuando la noche se hace tumba,
de los no nacidos
y olvidados.

jueves, 21 de junio de 2012

En la orilla contraria







En la orilla contraria
 al alma mía,
 nace la flor.
Y yo envuelto en mis alas rotas,
no puedo impedir
prohibirme,
 día a día,
.  .  .de su aroma.

Sólo en las tertulias del viento,
puedo escuchar su voz.
Vuela pegada,
a los silencios desaforados
que me castigan
en la quietud del ocaso.

Singulares recodos de sombras,
 se aproximan.
Y entre sus trenzas,
intento sujetar
la llegada de la noche.

Pero la noche,
 inevitablemente,
.  .  . cae,
y le dará de beber un rocío
que no es el mío,
desgranando lentamente
el rojo,
para que los nudillos de la ausencia
me golpeen la cara.

Cuando me cubra de cenizas el alba,
 dormiré
en el suspiro alado
del olvido,
sintiendo como explota
mi pecho, en su vacío.

Como poder volver el tiempo atrás,
aquél, en el que era polvo,
danzando entre el céfiro
y este río.

El cielo pinta su arrebol.
Y puedo ver como
en la orilla contraria
al alma mía.  .  .
crece exultante,
.  .  . la flor



lunes, 18 de junio de 2012

Dejo partir el tiempo






Dejo partir el tiempo
para quedar anclado en la nada.
Donde ni siquiera yo existo.
Solo esta densa imagen de mi alma,
estaqueada en la pared.

Escarbo en mis rincones
buscando tu recuerdo, 
y aún estas ahí,
en tus algodones dormida,
esperando de mí,
el beso que te despierte.

Dejo partir el tiempo,
ese que fue corto para ti.
El mismo que ha hecho de mí,
su marioneta preferida.
Dándole voz a la ausencia
para aturdirme con tu nombre.

El sepia, ya se ha adueñado de mi otoño,
y estas hojas secas,
sin quererlo,
están rodeando tu primavera.

Ay amor.  .  .  . !  !
Cuanto extraño no extrañarte.
Cuanto he sufrido,
bebiéndome tu cielo de a sorbos
para que no me falte.

Dejo partir el tiempo,
el que me privó convertirme en polvo,
para seguir tu camino.

El espiral llega al fin,
como el carretel de un barrilete.
Se está acabando la espera,
de ese beso que te prometí.

Dejo partir el tiempo,
para ir tras el tuyo.
Donde no existe el otoño.
Donde el tiempo ya no es tiempo,
solo es amor,
eterno y puro.

sábado, 16 de junio de 2012

Ángel negro







Lunas que se cuecen
en los crisoles del alba,
llorando el fin de la noche.
Mariposas negras,
que aletean el manto,
espolvoreando en tu piel
un camino de estrellas.

Rocío devenido en lágrimas,
.  .  . solo por morir,
en la unión de tus labios.
Y ese calor tibio y malicioso,
que se manifiesta en los vellos
que se erizan.

Dormida entre sábanas.
Enredada entre pliegues,
la carne se apaga silente
tras la furia de las brasas.

Posado en tu aura,
observo el cansancio
que se mece en tus sueños.
Y al roce de mis yemas,
tus caderas hablan,
como si fuera un braile.

He dejado mi huella en tu cuello.
He mezclado mi sangre en tu sangre.

Quiere el sol
asomar sus despojos,
y en lo que queda de luna,
.  .  . envuelto en su halo,
me debo marchar.

Dormido en ti,
en el cubil de tu vientre,
quedará mi simiente.
Descansando en el tiempo
hasta la eternidad.

Despierta a tu vida,
.  .  . tan sólo, fui un sueño.

Mientras yo de tu luz,
.  .  . como un ángel negro,
 me tendré que ocultar.
 


jueves, 14 de junio de 2012

Deseos fugaces






En el costado hueco del mar
caen de a montones las estrellas
acaparando entre sus tesoros,
 los deseos.

Parecen lágrimas del sol
enjugándose entre sus lunas.

El céfiro de abril,
desgrana sin saber
 las amapolas.
Y entre las hojarascas sepias
de este otoño,
 desfallecen los amores,
que no debieron germinar.

Y estos recuerdos
que tanto tardan en ser olvidos,
se convierten en dagas eunucas
que se vengan por placer.

En la piel solo queda el roce
y en los labios,
media gota de sabor.

Besos robados a media noche.
Palabras huecas
en boca de marionetas,
que maneja el amo de la mentira.

Y en los corazones rotos
de aquellos brotes,
 el sueño
de transformarse en flor.

Sólo vislumbres,
 relente efímero
como toda estrella fugaz,
que en el costado hueco del mar
desapareció con los deseos.


sábado, 9 de junio de 2012

Dame una señal









Miro ese cielo,
apretujado de estrellas,
donde solo una luna cabe.

En ese edén inmenso
del que se desprenden gajos
de oscuridad y silencio. . .,
puedo ver tus ojos. . .,
y en algún momento espero,
que tu cuerpo caiga sobre mí.

El rocío. . .
que he confundido con mis lágrimas,
moja mi cara.
Bebo de él,
porque allí te encuentro.

Te busco en ese infinito
porque se que estás.

En esta soberbia quietud,
queda revelada tu presencia.

Me siento desnudo de mí,
porque nada tengo.
Desarropada ha quedado mi alma,
porque te has llevado todo.

Regresaré aquí,
todas las noches de mis noches
a beber de mi rocío. . .
hasta verte parpadear.

Matando mi tiempo en contar,
cada estrella nueva que aparezca,
e implorándole a ese cielo,
que te deje notar.

Cuál de todas serás. . .?
Me repito hasta el cansancio.

Hazme una señal,
para partir este silencio.
Y en ese cielo inmenso
 brillaré junto a ti.