y es ese mismo cielo, el que se parte.
Eres esa llama que me enciende,
y ese mismo fuego, el que me arde.
Eres brisa fresca que me roza la cara
y viento furioso, que a mi piel sesgara .
Eres mi almohada, mis sábanas mojadas,
y esa soledad, en mi cama aferrada.
Eres la caricia que en la paz me calma,
y ese razguño que me hiere el alma.
Eres el motivo de encuentro en la cordura,
y mi razón, sumida en la locura.
Eres la osadía donde suelto mi pasión,
y es esa osadía la que encierra mi razón.
Eres ese mar de un amor profundo,
y es en ese mar, que por querer, me hundo.
Eres el sonido, que en silencio entiendo,
y esos sueños que vuelan mientras duermo.
Eres el suplicio en el que estoy viviendo,
por saber, que si no estás..., me enfermo.
Osvaldo
2 comentarios:
muy bonito!!!
Un saludo!
Hola...
He encontrado tu blog por casualidad, me ha cautivado tu poesía, te sigo.
Un saludo
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