necesito que me sueñes.
Respira profundo en tu reposo,
permite que de tí, mi ser se adueñe.
Déjame que recorra tu cuerpo,
con el suave placer, que tu piel eriza.
Disfruta el sabor del mejor beso,
complace mi rostro, con tus caricias.
Tus sabanas cómplices de la avaricia,
resultan esclavas de la pasión.
Te sientes plácida con la codicia,
de ser la dueña de un corazón.
Enlaza tus manos en mi cintura,
empapa tu cuerpo con mi sudor.
Absorbe el aliento de la locura,
derrite el silencio en mi fulgor.
Sueña conmigo, no te arrepientas,
no te despiertes sin mi calor.
Prisionero soy de esa codicia,
y carcelero de tanto amor.
Osvaldo
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