La última barca

Agitado he llegado a la orilla.

Mis pies sangrantes,

se funden en la arena

y solo la poca espuma,

que levita ya desahusiada,

es bálsamo tenue,
que intenta curarme.

La barca ha partido sin mí.
Puedo ver su estela rasgando el mar.
Nostálgica, mi última lágrima,
se licua en él.

Se ha marchado mi destino
dejándome sin sombra.
Y entre sus trastos,
se fue lo poco que quedaba.

Pagaré el precio de ser errante.
Con mis manos mutiladas,
no podré alcanzar nada.
Y este sol verdugo
que termina por quemar,
los resquicios de mi umbría.

Cae la luna cerrando la cortina.
Y el espectro de mi alma,
ha quedado anclado en esa orilla,
con la ilusión
de ver,
con el nuevo día. . .
aquella barca regresar.

En la cresta blanca de la espuma,
poderme reencontrar,
con mi destino. . .
mi umbría. . .
y mi sombra.